Darle vueltas a la cabeza: los daños de los pensamientos rumiantes durante la pandemia
«Seguro que cuando vaya al trabajo me van a decir que todo esta mal».
«Mi pareja me va a dejar».
«Nadie me quiere, voy a quedarme solo».
«Voy a tener covid-19».
«Todo es terrible, no hay esperanza».
Cada vez que la angustia o la preocupacion nos invaden, es habitual que la mente se abarrote de pensamientos rumiantes o pensamientos obsesivos. Se trata de pensamientos dañinos, normalmente de intensidad elevada, que se mantienen durante largos periodos de tiempo.
Hay personas mas proclives que otras a este tipo de pensamientos. Quienes tienden a dar una orientacion negativa a los problemas y a preocuparse en exceso estan mas expuestos a sufrir agorafobia y panico, ansiedad, depresion y trastornos relacionados con el control de la comida.
El problema no es solo el contenido de los pensamientos. La rumiacion esta relacionada con ese proceso de pensar de forma perserverante sobre los sentimientos y problemas, sean cuales sean. De hecho, a veces ni siquiera se ajustan a lo que esta ocurriendo en el momento presente, sino que los desencadena el temor de que ocurran (pensamientos anticipatorios). Incluso pueden obsesionarnos pensamientos influidos por las experiencias del pasado.
¿Que esta sucediendo desde la pandemia por la covid-19?
Si toda la sociedad vive una alta incertidumbre, como la que venimos padeciendo desde hace dos años, lo logico es que el individuo se contagie de ella. Y claro, en la suma de tantos individuos acaba produciendose la inestabilidad global de la salud mental, fomentada por las catastrofes y las tragedias vitales que acompañan a la pandemia.
En ese contexto, las personas que tengan mas tendencia a la rumiacion –por ser mas internalizantes, tener un estilo de pensamiento mas rigido, sentirse inseguras o ansiosas, por ejemplo– se ven mucho mas desbordadas. Como consecuencia, su ansiedad aumenta, son mas vulnerables a la depresion y terminan dentro de un circulo vicioso.
En este contexto no debemos obviar el efecto que esta teniendo el uso masivo de la tecnologia. Tan rapido ha sido el proceso que ha provocado un cambio de paradigma en muchos ambitos laborales y, a su vez, un exceso de consumo en una parte de una poblacion muy vulnerable: la infanto-juvenil.
Los progenitores estan tan desbordados que, en muchos casos, no han sabido manejar los limites saludables para sus hijos. Y estos, privados de una convivencia social «natural», tampoco han discriminado lo que les beneficiaba mas.
Los adolescentes, especialmente, han aumentado actos que conllevan un riesgo para su salud mental, como comportamientos suicidas. Datos recientes de los observatorios de riesgo de esta poblacion confirman esta tendencia. Las preocupaciones, la angustia y el riesgo de padecer pensamientos obsesivos, ansiedad y depresion podrian ser el origen de esta tragica situacion.
Estrategias para no darle tantas «vueltas al a la cabeza»
La buena noticia es que reducir la incidencia de los pensamientos rumiantes es posible. Como ideas generales para la prevencion e intervencion en los pensamientos rumiantes, ansiedad y angustia hay que tener en cuenta:
1. Saber usar la respiracion de forma apropiada para reducir la ansiedad y acotar la rumiacion, consiguiendo una relajacion profunda.
2. Practicar un ejercicio fisico activo – basta con andar a paso ligero – de forma constante.
3. Realizar ejercicios de meditacion, que ayudan a centrar la atencion en «el aqui y el ahora». Esto ayuda a enfocarse en lo positivo, lo que, a su vez, aumentara la probabilidad de iniciarse en actividades estimulantes, entre las que se incluyen las vinculadas con la naturaleza.
4. Sacar los pensamientos afuera desde diferentes perspectivas. Tanto las tecnicas narrativas como grabarse en audio resulta eficaz.
5. No redundar en informacion que alimente el pensamiento rumiante, algo en lo que se ha insistido desde el principio de la pandemia.
En lugar de luchar contra los pensamientos rumiantes, hay que admitir que estan, frenarlos con calma, sobreponer otros pensamientos agradables y mantenerse ocupada. Si en unas semanas la persona no es capaz de manejar esta situacion sanamente por si sola, debe acudir al especialista en psicologia clinica.
Este articulo ha sido publicado en The Conversation
Fuente: www.mmmedicalpr.com